Fitoterapia y Obesidad

Actualmente, la obesidad se ha convertido en una epidemia mundial, siendo además base de muchos de los problemas de salud de las sociedades actuales. Un tiempo atrás, la obesidad era más frecuente en países desarrollados, sin embargo hoy en día se ha extendido a entornos urbanos o a países con ingresos bajos y medianos.

Los equipos multidisciplinares sanitarios son los encargados de transmitir la prevención de la obesidad, desarrollando educación en hábitos saludables, basados en alimentación sana y variada, así como apoyado de una actividad física diaria.

Por otro lado, para apoyar los programas de salud, es esencial la voluntad y perseverancia personal para la disminución de peso, y cuando el paciente busca consejo, también resulta muy interesante poder ofrecer preparados a base de plantas, como complemento general de unos hábitos de vida saludables. Existen plantas que poseen principios activos que contribuyen a la pérdida de peso y son interesantes para complementar una vida saludable.

Plantas saciantes y reductoras de la absorción

Fucus (Fucus vesiculosus): Alga perteneciente a la clase Phaeophyceae (algas pardas), las cuales son plantas de color pardo oscuro. Posee dos principios activos interesantes para el tratamiento del sobrepeso: los alginatos, mucílagos que componen la pared celular; y el yodo, que tiene efecto antihipotiroideo directo y se considera estimulante del catabolismo de acuerdo a dicha acción tiroidea. Gracias al alto porcentaje de alginatos, fibras vegetales que aumentan su volumen por captación del agua, es considerado un buen saciante. Además, se le ha atribuido efecto hipoglucemiante, habiendo estudios que sugieren que la glucemia postpandrial disminuye notablemente con la administración de algas pardas. Por otra parte, y como consecuencia de la acción tiroidea del yodo, produce un aumento del catabolismo con movilización de los depósitos grasos. En adultos se reconoce el uso tradicional del Fucus como coadyuvante en una dieta hipocalórica para el tratamiento de la obesidad.

Ispágula (Plantago ovata): La ispágula es una planta originaria de África y Asia, de la cual se obtienen semillas que son utilizadas para los preparados. Las semillas contienen una elevada cantidad de mucílagos, comprendiendo un 85% de fibra soluble. Es una de las plantas medicinales más consumidas en la actualidad, dada la protección que ejerce sobre la mucosa intestinal. Para el tratamiento de la obesidad, actúa como saciante, antidiabético e hipocolesterolemiante. El efecto saciante se debe a la capacidad que posee de aumentar el volumen en presencia de líquidos en el tubo digestivo, lo que conlleva una sensación de plenitud. La ispágula también ejerce un efecto directo sobre el perfil lipídico, considerándose un hipolipemiante. Este efecto se debe a que se forma una barrera viscosa y física que limita la absorción de lípidos. El déficit de absorción de lípidos hace que se estimule la movilización de los depósitos grasos mejorando el perfil lipídico.

Plantas inhibidoras de la lipogénesis y controladoras del apetito

Garcinia cambogia (Garcinia gummi-gutta): La garcinia es un arbusto originario del sudeste asiático. El principio activo que le confiere las propiedades terapéuticas, está contenido en el fruto, rico en ácido hidroxicítrico (HCA). El HCA interviene en la regulación del peso corporal por su capacidad para inhibir la formación de tejido adiposo y de suprimir el apetito. Químicamente el HCA inhibe la ATP-citrato-liasa, una enzima presente en numerosos tejidos y encargada de inhibir el paso de citrato a oxalacetato y Acetil-CoA, se limita la formación de colesterol y ácidos grasos y se inhibe la lipogénesis (formación de lípidos). En cuanto a la supresión del apetito, el HCA aumenta la liberación de serotonina en cerebro, disminuyendo la sensación de hambre, de esta forma ayuda en el mantenimiento del peso corporal, pues evita el aumento de peso secundario a lipogénesis propias de ingestas hipercalóricas ricas en grasas. Por lo que se llega a la conclusión de que la complementación de la dieta con un extracto de garcinia cambogia tiene consecuencias positivas en la pérdida de peso.

Té verde (Camellia sinensis): El té verde presenta un contenido elevado en polifenoles, como las catequinas, las cuales, junto con la cafeína, componen los principios activos del té verde. Gracias a estos principios activos, el té verde resulta interesante para el control del sobrepeso, siendo además beneficiosos frente al perfil lipídico, disminución del índice cintura-cadera y de la grasa corporal total. De eta forma, mejora el riesgo cardiovascular y el síndrome metabólico. Se ha observado, que el gran beneficio del té verde es la actuación sinérgica de sus compuestos bioactivos (catequinas y cafeína), ya que el consumo de ambos por separado no es proporcional al efecto conjunto. La cafeína estimula el sistema nervioso, aumentando el gasto energético y la oxidación de las grasas, procesos que se ven potenciados con las catequinas. Además, las catequinas, a nivel del intestino delgado, disminuyen la absorción de lípidos y glucosa. Estudios científicos sugieren que el consumo de té verde potencia el efecto del ejercicio físico en la pérdida de peso.